jueves, 15 de diciembre de 2011

El Violín del Diablo, de Joseph Gelinek

Tras una conversación con mi hermano sobre la calidad literaria de uno de los libros más vendidos de este año (cuya reseña queda pendiente, y me voy a desahogar de lo lindo con ella), me recomendó una de las novelas que había leído hace poco, también con un cierto toquecillo sobrenatural. Dos días después la tenía en casa, junto con las otras dos novelas que ha publicado hasta ahora el mismo autor, Joseph Gelinek: "La Décima Sinfonía", "Morir a los 27" y la que hoy nos ocupa, "El Violín del Diablo".

El argumento nos remite al misterio desde el primer momento, gracias a la influencia del violinista y compositor Paganini, del cual se decía que tenía un pacto con el diablo (debido a su virtuosismo con el instrumento y también a su apariencia física, deformada por múltiples enfermedades), sobre la violinista Ane Larrazábal, considerada la mejor del mundo, que es asesinada tras haber interpretado una pieza del mismo Paganini, la obra para violín más difícil jamás compuesta. El cadáver de Larrazábal aparece estrangulado y con la palabra iblis, que significa "diablo" en árabe, escrito con sangre sobre su pecho. Además, su violín, un Stradivarius con una cabeza de demonio tallada en la voluta, ha desaparecido. A partir de ahí comienza la investigación, tanto de la muerte de la violinista como del paradero del instrumento, de incalculable valor y portador de una maldición, ya que se dice que perteneció al mismísimo Niccolò Paganini.

Joseph Gelinek, seudónimo del autor de la obra, es un musicólogo español capaz de combinar la novela de misterio, algún toque sobrenatural y un humor muy particular, sazonado todo con información y curiosidades de todo tipo sobre compositores, intérpretes y piezas musicales. Acostumbrados desde "El Código da Vinci" a best-sellers de misterio con base pseudo-histórica que salieron a rebufo de éste, la novela de Gelinek tiene un toque casi divulgativo en cuanto a cuestión musical se refiere, careciendo del estilo "sabelotodo" que tienen muchas de las obras de este género, cosa que se agradece. Toda la información sobre la biografía de Paganini, sobre la virtuosa del cello Jacqueline du Pré, sobre el accidente de aviación de las Azores donde desaparecieron tanto el Stradivarius de Ginette Neveu como el hombre de la vida de Edith Piaf, me parecieron muy interesantes y, lo que es mejor, bastante bien hiladas dentro de la historia principal. Mención aparte necesita el pasaje sobre cómo hay que comportarse en un auditorio durante un concierto de música clásica, divulgativo y divertido a la vez.

En conclusión, me ha parecido un buen libro. El argumento engancha desde el primer momento, los personajes son creíbles y la intriga no decae durante toda la novela. Lectura rápida y ligera para pasar un buen rato, y una buena opción para regalar en estas fechas.


El Violín del Diablo. Joseph Gelinek, 2009.
Plaza & Janés, 2009. 425 páginas.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Soy Leyenda, de Richard Matheson

En una época literaria en la que los vampiros han acabado siendo el yerno ideal que toda suegra querría tener, se agradece rescatar algún clásico de la temática vampírica de vez en cuando, para así disfrutar del terror y la inquietud que provocan estos seres originalmente malignos.


Richard Matheson, maestro del terror entre cuyos discípulos se encuentra el mismísimo Stephen King, aborda en esta novelita la temática de los chupasangre desde un punto de vista muy original: el del único superviviente de una epidemia que ha convertido a la mayor parte de la humanidad en vampiros. No sabemos por qué Neville, el solitario protagonista, es inmune a la "enfermedad" del vampirismo; desde su casa, convertida en bunker anti-nosferatu, resiste a la horda que cada noche, durante casi dos años, se reúne al crepúsculo para intentar alimentarse de su sangre.


Matheson combina magistralmente la tradición vampírica, hundiendo sus raíces en el Drácula de Stoker con sus supersticiones y los remedios que estas conllevan (crucifijos, ajos, estacas...), y la moderna ciencia ficción, llegando Neville a una conclusión científica sobre la naturaleza de los vampiros. Él es el protagonista absoluto de esta obra, haciendo partícipe al lector de sus pensamientos y su evolución mental conforme va pasando el tiempo encerrado en su hogar y el aislamiento es mayor, hasta llegar al sorprendente giro final, que en mi opinión, no puede dejar a nadie indiferente.


Creo que nos encontramos ante un auténtico clásico, imposible de clasificar en un sólo género. Novela que admite distintos enfoques críticos, es, por encima de todo, altamente recomendable.


Reencontrémonos con los vampiros malvados.



Soy Leyenda. Richard Matheson, 1954.
Minotauro, 1999. 180 páginas.