miércoles, 13 de junio de 2012

Growing Strong

Your result for Game of Thrones House Quiz...

House Tyrell

44% Stark, 68% Lannister, 49% Baratheon, 41% Tully, 83% Tyrell, 64% Martell, 71% Targaryen, 18% Greyjoy and 18% Arryn!


- Prefer subtlety over direct confrontation
- Ambitious
- Willing to use any and all tactics to accomplish their goals
- See lying as useful
- See morality in shades of grey
- Fond of things with aesthetic value
- Like to be thought of as refined, cultured people
- Want to be taken seriously

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jueves, 9 de febrero de 2012

La Décima Sinfonía, de Joseph Gelinek

Musicólogos, masones, descendientes de Napoleón Bonaparte, inspectores de policía y Beethoven se entremezclan en esta entretenidísima primera novela publicada por Joseph Gelinek.

El argumento gira en torno a una supuesta "Décima Sinfonía" que Ludwig van Beethoven pudo componer antes de su muete y que ha permanecido oculta durante dos siglos; hasta que un director de orquesta y compositor británico, Ronald Thomas, presenta su primer movimiento en un concierto privado atribuyéndose la autoría ya que, según él, lo compuso a partir de retazos manuscritos por Beethoven hallados sin ningún tipo de orden. Horas más tarde, el cadáver del compositor aparece con la cabeza rapada y cercenada, con un mensaje en clave tatuado y ahora visible. El inspector Mateos, ayudado por el profesor Daniel Paniagua, lleva la rocambolesca investigación de un crimen en el que los sospechosos pertenecen a las más altas esferas de la sociedad.

Gelinek, al igual que en posteriores novelas como El Violín del Diablo y Morir a los 27, crea una tensión constante en una novela que, además de intriga, tiene partes didácticas para los apasionados de la historia de la música en general, y del compositor alemán en particular. Todo esto narrado con un lenguaje llano y con golpes a veces muy divertidos (grande el comentario sobre "Klimt" Eastwood). Y es que para escribir una buena novela que atrape al lector no hay que recurrir al lenguaje pomposo y retorcido que últimamente se encuentra con facilidad en los nuevos literatos "vanguardistas". Joseph Gelinek domina el lenguaje y el desarrollo de un argumento que, a priori, está ya muy visto (Javieres Sierras y similares); pero que, personalmente, la gracia con la que lo cuenta me engancha más que el tono resabidillo que suelen tener este tipo de obras.

Resumiendo, una novela muy recomendable, de lectura rápida y amena, y que deja con ganas de saber más sobre el mundo de la música clásica ya que, después de leer a Gelinek, pica la curiosidad.



La Décima Sinfonía. Joseph Gelinek, 2008.
DeBolsillo, 2009. 409 páginas.

jueves, 26 de enero de 2012

Lost Girls, de Alan Moore y Melinda Gebbie

Regalazo que se marcaron los Reyes Magos: Alan Moore y personajes de cuentos clásicos. Si además le añadimos que es una novela gráfica muy, MUY gráfica, que me salga una reseña favorable es algo que se veía venir.

El genial Moore se alió con la que más tarde se convertiría en su esposa, Melinda Gebbie, para dar vida a las andanzas sexuales de tres heroínas de cuento, ya bastante creciditas, que se conocen en un hotel en Austria a principios del siglo XX: Alicia, de lo libros de Lewis Carroll; Dorothy Gale, la jovencita que viaja de Kansas a Oz en los cuentos de L. Frank Baum; y Wendy, la mayor de los hermanos que vuelan hacia el país de Nunca Jamás con Peter Pan y J.M. Barrie.

Escrita antes que la famosa Liga de los Hombres Extraordinarios, ya en Lost Girls encontramos trazas de la afición de Moore por mezclar personajes literarios conocidos con ideas y temas de otras obras canónicas de la literatura e incluso acontecimientos históricos reales, para crear historias únicas, con un sello personal inconfundible. Aquí, el argumento principal no tiene inicio ni final; asistimos a una progresiva apertura sexual de las protagonistas, sobre todo de Wendy que, entre ecuentros en habitaciones, lagos y orgías dignas de obras del Marqués de Sade, se cuentan sus experiencias carnales desde la adolescencia. Aquí es donde Alan Moore le da una vuelta de tuerca a los cuentos clásicos: Alicia es una aristócrata cincuentona a la que le va el sexo lésbico, ya que fue drogada y violada por un hombre, y posteriormente su familia la envió a un internado femenino de donde salió para vivir con una de sus profesoras, donde conoció los placeres de las prácticas sáficas, la absenta y los opiáceos; Dorothy es una joven veinteañera recién salida de la granja de sus tíos en Kansas, en la que retozó con hombres sin cerebro, sin corazón y cobardes; Wendy, rozando los cuarenta y casada con un hombre mucho mayor que ella cuyo único interés se centra en la industria naval, y con el que no tiene vida sexual. Wendy se casó con él por esa razon, para así olvidar el deseo que despertaba en ella un joven ratero, Peter, que vivía con su hermana y varios huérfanos más en los Kensington Gardens, y que la inició en las prácticas eróticas más salvajes, mientras un desagradable voyeur con la mano agarrotada les persigue y espía.

Además de las historias personales de las tres protagonistas, tenemos el telón histórico de fondo, en el que aparecen los atentados que dieron pie al inicio de la Gran Guerra, o el estreno en París de la obra de Stravinsky La Consagración de la Primavera y el escándalo que se organizó. A través de la historia subyacente, retratada en el bellísimo hotel de decoración Art Nouveau donde se hospedan, se nos muestra el final de una era, la Belle Époque, y el comienzo de la era belicista y mecanicista que fue el siglo XX.

Las ilustraciones de Melinda Gebbie contribuyen a la sensación de pastiche y argumentos cruzados que sobrevuelan esta novela gráfica. Dependiendo de la historia encontramos un tipo diferente de dibujo, además de encontrar relatos paralelos en los laterales de la página que están estrechamente relacionados con la historia principal, que se supone provienen del "libro blanco", un libro de cuentos e ilustraciones pornográficas que el dueño del hotel tiene en todas las habitaciones, a modo de Biblia. Gebbie ilustra historias apócrifas de Wilde o Sand con dibujos al estilo de Aubrey Beardsley, Alfons Mucha o Egon Schiele, entre otros.

En conclusión, una novela gráfica puramente pornográfica y chocante en la superficie, pero con un trasfondo literario riquísimo. La edición, en tres volúmenes, complementa la belleza de algunas de las ilustraciones. Altamente recomendable para personas mayores de edad cuya sensibilidad no se hiera con facilidad.



Lost Girls. Alan Moore y Melinda Gebbie, 2006.
Norma Editorial, 2008. 3 volúmenes.

jueves, 15 de diciembre de 2011

El Violín del Diablo, de Joseph Gelinek

Tras una conversación con mi hermano sobre la calidad literaria de uno de los libros más vendidos de este año (cuya reseña queda pendiente, y me voy a desahogar de lo lindo con ella), me recomendó una de las novelas que había leído hace poco, también con un cierto toquecillo sobrenatural. Dos días después la tenía en casa, junto con las otras dos novelas que ha publicado hasta ahora el mismo autor, Joseph Gelinek: "La Décima Sinfonía", "Morir a los 27" y la que hoy nos ocupa, "El Violín del Diablo".

El argumento nos remite al misterio desde el primer momento, gracias a la influencia del violinista y compositor Paganini, del cual se decía que tenía un pacto con el diablo (debido a su virtuosismo con el instrumento y también a su apariencia física, deformada por múltiples enfermedades), sobre la violinista Ane Larrazábal, considerada la mejor del mundo, que es asesinada tras haber interpretado una pieza del mismo Paganini, la obra para violín más difícil jamás compuesta. El cadáver de Larrazábal aparece estrangulado y con la palabra iblis, que significa "diablo" en árabe, escrito con sangre sobre su pecho. Además, su violín, un Stradivarius con una cabeza de demonio tallada en la voluta, ha desaparecido. A partir de ahí comienza la investigación, tanto de la muerte de la violinista como del paradero del instrumento, de incalculable valor y portador de una maldición, ya que se dice que perteneció al mismísimo Niccolò Paganini.

Joseph Gelinek, seudónimo del autor de la obra, es un musicólogo español capaz de combinar la novela de misterio, algún toque sobrenatural y un humor muy particular, sazonado todo con información y curiosidades de todo tipo sobre compositores, intérpretes y piezas musicales. Acostumbrados desde "El Código da Vinci" a best-sellers de misterio con base pseudo-histórica que salieron a rebufo de éste, la novela de Gelinek tiene un toque casi divulgativo en cuanto a cuestión musical se refiere, careciendo del estilo "sabelotodo" que tienen muchas de las obras de este género, cosa que se agradece. Toda la información sobre la biografía de Paganini, sobre la virtuosa del cello Jacqueline du Pré, sobre el accidente de aviación de las Azores donde desaparecieron tanto el Stradivarius de Ginette Neveu como el hombre de la vida de Edith Piaf, me parecieron muy interesantes y, lo que es mejor, bastante bien hiladas dentro de la historia principal. Mención aparte necesita el pasaje sobre cómo hay que comportarse en un auditorio durante un concierto de música clásica, divulgativo y divertido a la vez.

En conclusión, me ha parecido un buen libro. El argumento engancha desde el primer momento, los personajes son creíbles y la intriga no decae durante toda la novela. Lectura rápida y ligera para pasar un buen rato, y una buena opción para regalar en estas fechas.


El Violín del Diablo. Joseph Gelinek, 2009.
Plaza & Janés, 2009. 425 páginas.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Soy Leyenda, de Richard Matheson

En una época literaria en la que los vampiros han acabado siendo el yerno ideal que toda suegra querría tener, se agradece rescatar algún clásico de la temática vampírica de vez en cuando, para así disfrutar del terror y la inquietud que provocan estos seres originalmente malignos.


Richard Matheson, maestro del terror entre cuyos discípulos se encuentra el mismísimo Stephen King, aborda en esta novelita la temática de los chupasangre desde un punto de vista muy original: el del único superviviente de una epidemia que ha convertido a la mayor parte de la humanidad en vampiros. No sabemos por qué Neville, el solitario protagonista, es inmune a la "enfermedad" del vampirismo; desde su casa, convertida en bunker anti-nosferatu, resiste a la horda que cada noche, durante casi dos años, se reúne al crepúsculo para intentar alimentarse de su sangre.


Matheson combina magistralmente la tradición vampírica, hundiendo sus raíces en el Drácula de Stoker con sus supersticiones y los remedios que estas conllevan (crucifijos, ajos, estacas...), y la moderna ciencia ficción, llegando Neville a una conclusión científica sobre la naturaleza de los vampiros. Él es el protagonista absoluto de esta obra, haciendo partícipe al lector de sus pensamientos y su evolución mental conforme va pasando el tiempo encerrado en su hogar y el aislamiento es mayor, hasta llegar al sorprendente giro final, que en mi opinión, no puede dejar a nadie indiferente.


Creo que nos encontramos ante un auténtico clásico, imposible de clasificar en un sólo género. Novela que admite distintos enfoques críticos, es, por encima de todo, altamente recomendable.


Reencontrémonos con los vampiros malvados.



Soy Leyenda. Richard Matheson, 1954.
Minotauro, 1999. 180 páginas.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Sonderkommando, de Shlomo Venezia


Desde que leí el Diario de Ana Frank a los once o doce años, siempre he estado interesada por la historia referente a la Segunda Guerra Mundial y al Holocausto. Todos hemos visto infinidad de películas que muestran la aterradora realidad de los judíos en los guetos y, más tarde, en los campos de concentración. Testimonios de supervivientes narran el horror nazi, pero cuando este testimonio viene de un sonderkommando, la cosa cambia, y a peor si se puede.

Los sonderkommando estaban constituidos por prisioneros de los campos, hombres jóvenes y capaces de aguantar largas y duras jornadas de trabajo. Como todos los que podían trabajar, vaya. Pero el “trabajo” que ejecutaban los sonderkommando era, con diferencia, el peor de todos: eran los encargados de guiar a los pasajeros de los trenes elegidos para el exterminio a las cámaras de gas. Allí, organizaban todo, haciéndoles desnudarse y convenciéndoles para que entrasen a las “duchas”. Cuando todo había acabado, debían recoger los cadáveres para trasladarlos a los hornos crematorios y allí quemarlos. 

Estos sonderkommando vivían aislados del resto del campo, en el mismo edificio del crematorio, y tenían ciertas “comodidades” como un poco más de comida o calor (proveniente del horno, claro). Tenían prohibido el contacto con el resto de prisioneros para que no supieran la horrible realidad que ocurría en el campo. Pero estas comodidades no duraban mucho, los sonderkommando eran reemplazados por nuevos prisioneros cada cierto tiempo para preservar el secretismo, por lo que ellos mismos acababan en la cámara, expuestos al zyklon B.

Shlomo Venezia es uno de los raros supervivientes de estos sonderkommando, ya que logró escapar cuando los nazis comenzaron a desalojar Birkenau, el campo donde estaba prisionero, al ver que las tropas aliadas se acercaban. Sabiendo que iban a eliminar a los sonderkommando para que no contasen lo que ocurría en las cámaras de gas, Venezia  y otros miembros de su unidad escaparon discretamente, y él  vivió para contarlo.

Las memorias de Shlomo Venezia son interesantes porque nos cuentan el horror desde dentro, haciéndonos partícipes de los pensamientos que cruzaban la mente de este hombre mientras trabajaba para el enemigo, y ayudaba a enviar a cientos de personas a la muerte para conseguir así su propia supervivencia. Es impresionante cómo logran convertirse en seres apáticos, intentando blindarse ante la barbarie que se está cometiendo, aunque saben que esas imágenes les acompañarán durante toda su vida. Venezia siente la necesidad de contarlo sin tapujos, presentando uno de los testimonios más aterradores sobre el Holocausto: cómo “ayudaban” a los presos a desnudarse, episodios con mujeres y niños, descripciones impresionantes sobre la cámara de gas a la hora de trasladar los cuerpos sin vida, el extenuante y desagradable trabajo en la fosa crematoria…  Además, al haber visitado el verano pasado los campos de Auschwitz-Birkenau, las imágenes cobraban más vida aún, conociendo de primera mano el lugar. 

Birkenau. Julio 2010

No es una lectura agradable, ni recomendable a las personas demasiado sensibles. A pesar de haber visto documentales o películas, el testimonio de Venezia es más duro y vívido gracias a la imaginación que nos reporta la lectura. Aún así, creo que es un libro imprescindible.

Sonderkommando. Shlomo Venezia, 2007.
RBA libros, 2010. 223 páginas.

jueves, 11 de agosto de 2011

The Invention of Hugo Cabret, de Brian Selznick


En un momento en el que la literatura infantil y, sobre todo, juvenil se centra casi en su totalidad en criaturas antaño abominables ahora convertidas en el hombre perfecto, da gusto encontrar autores que aún juegan con la imaginación y las aventuras; en mi opinión, lo más importante para que un lector joven quede atrapado por la literatura.

Uno de estos escritores es Brian Selznick, autor del libro que nos ocupa hoy, The Invention of Hugo Cabret. A pesar de sus dimensiones (creo que pasa de las quinientas páginas, algo que echará para atrás a muchos posibles jóvenes lectores), hay que darle una oportunidad por una razón: posee muchas ilustraciones; pero no son ilustraciones al uso, sino que el argumento depende de ellas tanto como de la narración y de las ocasionales fotografías que encontramos.

The Invention of Hugo Cabret está estructurada en dos partes: la primera relata la historia de Hugo, un niño de 12 años que vive en la estación parisina de Montparnasse en 1930; huérfano, trabaja como ayudante de su tío en el mantenimiento de los relojes de la estación. Su tío es un alcohólico que gasta todo su dinero en él, por lo que Hugo se ve obligado a robar para sobrevivir, y para conseguir reconstruir una vieja máquina que su padre, relojero, había encontrado abandonada y había arreglado justo antes de morir. Las piezas para esta máquina las consigue robando en un pequeño puesto de juguetes mecánicos que hay en la estación, hasta que el dueño de la tienda le atrapa, quitándole el cuaderno donde Hugo anota sus progresos con la máquina y obligándole a trabajar para él. Gracias a Isabelle, una niña que siempre ronda el puesto y resulta ser la ahijada del dueño, Hugo vivirá muchas aventuras para conseguir de nuevo su cuaderno, y reconstruir la máquina que ayudará a conocer su futuro.

La segunda parte resuelve el misterio de quién construyó la máquina y por qué, y esta revelación cambiará para siempre las vidas de Hugo, Isabelle y el dueño del puesto de juguetes. Y de los amantes del cine.

El argumento no deja de ser una historia de aventuras para niños, pero los mayores disfrutarán también con una ficción cargada de guiños a la historia del cine, ya que el dueño de la tienda de juguetes no es otro que Georges Méliès, mago ilusionista y pionero del cine fantástico. Además, encontramos referencias a René Clair y su Paris Dormido, a las Silly Symphonies de Disney y, por supuesto, al Viaje a la Luna

En resumen, The Invention of Hugo Cabret es uno de esos libros que hacen que los mayores disfrutemos como niños. Además, la edición está muy cuidada y las ilustraciones y fotografías son una maravilla. Muy recomendable tanto para pequeños como para grandes soñadores.

PD: Os dejo con la Silly Symphony de Disney citada en el libro. No he podido evitarlo.


The Invention of Hugo Cabret. Brian Selznick, 2007.
Scholastic Press, 2007. 533 páginas.